Image
Chico y chica haciendo estiramientos

Cómo retomar tu rutina de entrenamiento después del verano sin agobios

Para lograr una vuelta realista y saludable, es importante también cuestionar algunos mitos muy extendidos que suelen aparecer justo en este momento del año como “He perdido todo el músculo en vacaciones”.Es normal pensar esto después de varias semanas sin entrenar, especialmente si sentimos menos fuerza o nos vemos distintos frente al espejo.

Pero la realidad es que no perdemos masa muscular significativa hasta después de 3 o 4 semanas sin actividad intensa.
Aunque haya algo de pérdida, el cuerpo tiene memoria, las fibras musculares conservan núcleos que permiten que el músculo se recupere más rápido al volver a activarlo.

 

  • “Tengo que volver al ritmo que tenía antes”. 
    Después del descanso, queremos volver al nivel exacto donde lo dejamos, el mismo peso, la misma velocidad, las mismas repeticiones. Nuestro sistema musculoesquelético necesita adaptarse de nuevo al esfuerzo. Volver al ritmo anterior demasiado pronto puede generar sobrecargas o lesiones. Lo más inteligente es ajustar intensidad y duración, y aumentar progresivamente semana a semana.
  • “Si entreno todos los días, lo recuperaré más rápido”. 
    Tras un periodo de descanso en el que no hemos podido entrenar con regularidad, es común sentir que hay que compensar el tiempo “perdido”. Pero esta idea puede llevar al sobreentrenamiento y, como consecuencia, a no avanzar. Entrenar sin descanso puede llevar a fatiga crónica, agujetas persistentes o incluso lesiones. Lo que más importa es la constancia, no la intensidad inicial. Empezar con 1–2 días por semana e ir aumentando es mucho más sostenible a largo plazo.
  • “Tengo que entrenar duro para quemar todo lo que comí”. 
    Este es uno de los mitos más peligrosos. El ejercicio no es un castigo por haber comido más o haber descansado. Esa mentalidad crea una relación tóxica con el entrenamiento y la alimentación. Volver a entrenar debe ser un acto de autocuidado, no una penitencia. Cuidarnos mejor ahora es mucho más útil que intentar "arreglar" lo de antes.
  • “Si no voy al gimnasio, no sirve de nada”. 
    Muchas veces sentimos que volver al ejercicio implica sí o sí apuntarnos al gimnasio. Caminar, nadar, hacer yoga en casa, salir en bici o bailar también cuentan como movimiento saludable. Lo importante es recuperar el hábito de movernos, cada día un poco más, no dónde lo hacemos ni qué ropa llevamos.

¡Vuelve a tu rutina de ejercicio con este plan mensual!