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Imagen pildora de la que salen frutas y verduras

Finales de noviembre, primeros resfriados… ¡prepara tus defensas con los alimentos de temporada!

Cuando bajan las temperaturas y los resfriados empiezan a rondar, el cuerpo pide calor y energía. Nos empiezan a apetece más los platos calientes como unas lentejas, una sopa, un guiso, pero ¿sabías que algunos alimentos de temporada no solo nos ayudan a mantener el calor, sino que también refuerzan nuestras defensas?

“Consumir frutas, verduras y alimentos fermentados de temporada fortalece las defensas”

Más allá de abrigarnos, comer bien es una de las formas más efectivas de cuidar nuestras defensas. Incorporar alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y probióticos favorece que nuestro cuerpo responda mejor ante virus y bacterias.

Aprende a sacarles partido y mantén tus defensas en forma. 

¡Te contamos cuáles no deberían faltar en tu cocina!

  • Cítricos cargados de vitamina C. Mandarinas, naranjas o pomelos ayudan a reforzar nuestro sistema inmunitario, favoreciendo la producción de glóbulos blancos y anticuerpos. Esto significa que nuestro cuerpo puede reaccionar más rápido y de manera más efectiva ante virus respiratorios como los de la gripe.
  • Verduras de hoja verde. Espinacas, acelgas o kale aportan vitaminas A, C y K, además de minerales como el hierro y el magnesio, esenciales para mantener las células inmunitarias activas y nuestro organismo con energía incluso en los días más fríos.
  • Raíces y tubérculos. Zanahorias, boniatos o remolachas contienen betacarotenos y antioxidantes que ayudan a proteger las células del estrés oxidativo, fortaleciendo la respuesta del cuerpo frente a infecciones y apoyando nuestra energía diaria.
  • Frutos secos. Nueces, almendras o avellanas son ricos en vitamina E, selenio y grasas saludables que actúan como aliados del sistema inmune, ayudando a regular la inflamación y reforzando las defensas naturales del organismo.
  • Alimentos fermentados. Yogur, kéfir o chucrut aportan probióticos que mantienen la microbiota intestinal equilibrada, y dado que una parte importante de nuestras defensas se encuentra en el intestino, esto se traduce en una protección más efectiva frente a virus respiratorios.