Para que la alimentación realmente refuerce las defensas, no basta con elegir bien los alimentos; también importa cómo los distribuimos a lo largo del día. Incluir frutas y verduras en desayunos y snacks, combinar proteínas y verduras en las comidas principales y mantener una buena hidratación con agua o infusiones son hábitos clave. Esta rutina ayuda a mantener el sistema inmune activo, evitar bajones de energía y proteger las mucosas frente a los virus.
“Una buena alimentación es la primera línea de defensa del equipo”
Descubre nuestra guía práctica para un menú que te ayude a evitar resfriados
Así que, ¡toma nota y apunta lo que no puede faltar en tu menú estos días!
- Verduras de temporada (brócoli, coles, calabaza). Son ricas en antioxidantes y vitamina C, que ayudan a las células del sistema inmunitario a funcionar mejor y a protegernos de infecciones.
- Frutas entre horas (mandarinas, naranjas, kiwis). La vitamina C refuerza la producción de glóbulos blancos que combaten virus y nos mantienen con energía durante el día.
- Platos calientes y nutritivos (sopas, cremas, guisos). Además de aportar calor, combinan proteínas y minerales que ayudan a reparar tejidos y mantener el cuerpo fuerte frente a infecciones.
- Infusiones (jengibre con limón, té verde). Mantenerse hidratado protege las mucosas de la garganta y las vías respiratorias, dificultando la entrada de virus, mientras los antioxidantes apoyan el sistema inmune.
- Snacks estratégicos (frutos secos y semillas). Contienen zinc, magnesio y otros minerales que son esenciales para que el sistema inmunitario funcione correctamente y para mantener la energía estable.