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¿Por qué tus empleados no son capaces de tomar decisiones y cómo apoyarlos?

¿Por qué tus empleados no son capaces de tomar decisiones y cómo apoyarlos?

En el entorno profesional, tomar decisiones es fundamental para avanzar y alcanzar nuestros objetivos. Sin embargo, hay momentos en los que nos encontramos atrapados en un ciclo de indecisión, a menudo conocido como aboulomanía laboral -del latín “sin voluntad”-, que no solo afecta a nivel personal, sino que también impacta en la dinámica y el rendimiento del equipo.

Incluso las decisiones más sencillas parecen convertirse en una tarea imposible

La indecisión extrema puede bloquearnos, especialmente cuando el miedo al error y la ansiedad se imponen. Pero aquí viene la buena noticia: con los enfoques adecuados, ese bloqueo puede convertirse en una oportunidad para crecer, ganar claridad y aprender a gestionar mejor los desafíos del día a día.

Te compartimos algunos consejos prácticos para transformar la toma de decisiones en una habilidad más consciente y segura:

  1. Ponle nombre a tus decisiones. Dar un nombre concreto a la decisión que tenemos que tomar (como si fuera el título de una película) puede ayudarnos a ver con más claridad y sacarnos del bucle mental. Por ejemplo, en vez de pensar "no sé si debería cambiar de proveedor", reformúlalo como: “Operación cambio estratégico”. Ese cambio de marco reduce el peso emocional y te ayuda a abordarlo con más foco y menos miedo.
  2. Decide en bloques, no en momentos. Reserva un “espacio de decisiones” fijo en tu semana (aunque sean solo 30 minutos los viernes). No todo tiene que resolverse al instante: postergar de forma estructurada (en vez de caótica) puede reducir la ansiedad y darte tiempo para pensar con más perspectiva.
  3. Piensa qué consejo darías si fuera otro el que decide. Cuando estamos implicados emocionalmente, solemos perder objetividad. Así que, antes de decidir, pregúntate: ¿qué le diría a alguien que quiero si estuviera en mi lugar? Este cambio de foco es muy útil para desactivar bloqueos mentales y ganar perspectiva.
  4. Visualiza el “peor escenario”... y luego minimízalo. A veces no nos decidimos porque el miedo al “qué pasaría si sale mal” se vuelve enorme. Un truco: visualiza conscientemente ese peor escenario (sin dramatismos), y luego piensa en tres formas de minimizar su impacto si llegara a ocurrir. Esto entrena tu cerebro para entender que puedes manejar las consecuencias, y reduce la parálisis por miedo.
  5. Aplica la regla de la reversibilidad. Antes de tomar una decisión, pregúntate: ¿qué grado de reversibilidad tiene? Muchas decisiones no son tan definitivas como creemos. Saber que puedes ajustar, corregir o incluso dar marcha atrás más adelante te libera de la presión de acertar “a la primera”. Y eso, paradójicamente, te ayuda a decidir mejor y más rápido.

¡Tomar decisiones no siempre es fácil, pero es una habilidad que se puede entrenar! Con pequeños ajustes de enfoque, puedes transformar la parálisis en acción, el miedo en aprendizaje… y la indecisión en liderazgo.

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