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Mujer en una oficina de noche

¿Sabías que el cambio horario puede alterar tu equilibrio emocional?

El cambio al horario de invierno, previsto para la madrugada del sábado 25 al domingo 26 de octubre, no solo implica mover las agujas del reloj. También afecta a nuestro reloj interno, ese que regula los ritmos biológicos y marca cuándo tenemos sueño, hambre o energía.

“Este desajuste, conocido como cronodisrupción, puede hacernos sentir más cansados, irritables o incluso un poco fuera de sitio”

El cambio horario modifica la exposición a la luz natural, una de las principales encargadas de regular nuestros ritmos biológicos y, por lo tanto, de regular funciones como la producción de melatonina, cortisol, serotonina o insulina. Cuando estos ritmos se alteran, el cuerpo necesita unos días para adaptarse.

Pero ¿qué pasa realmente en este intervalo en el que ambos relojes se desincronizan?

  1. El hecho de que anochezca antes hace que se altere la producción de melatonina que es la hormona que regula el sueño.
  2. En consecuencia, nos cuesta más dormir y el descanso es menos profundo.
  3. Al ser insuficiente afecta a la producción de cortisol, la hormona que nos mantiene activos y concentrados durante el día, generando cansancio y problemas para mantener la atención.
  4. Esta falta de descanso y el desequilibrio hormonal también impactan en la serotonina, responsable de nuestro estado de ánimo, provocando irritabilidad, ansiedad o tristeza.
  5. Y no solo eso, sino que, además, la alteración de nuestros ritmos puede influir en la insulina, que controla el azúcar en sangre, causando hambre en horarios poco habituales y dificultando la correcta metabolización de los alimentos.

En resumen, aunque nuestro cuerpo necesite unos días para adaptarse a este cambio, es un proceso natural y temporal. Con hábitos saludables y un poco de paciencia, pronto recuperaremos nuestro equilibrio y bienestar.