CUANDO EL MIEDO A DECIDIR BLOQUEA AL TALENTO: CÓMO LA INSEGURIDAD AFECTA AL RENDIMIENTO Y A LA SALUD EMOCIONAL
Más allá del estrés o la fatiga, la inseguridad y la indecisión pueden paralizar la capacidad de tomar decisiones y minar la motivación profesional. Aunque no siempre se visibilizan, estos factores pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional y el rendimiento diario.
Según el Cigna Healthcare International Health Study, solo el 42 % de las personas en el mundo siente que cuenta con apoyo real para cuidar su salud emocional en el trabajo, una cifra que en España desciende al 32 %. Esta falta de acompañamiento genera un entorno en el que las dudas y el miedo al error se intensifican, afectando la autoconfianza y la capacidad de decisión. Con el tiempo, este estado de bloqueo puede limitar el desarrollo profesional y generar una sensación constante de inseguridad.
Inseguridad y bloqueo en el entorno laboral
La inseguridad emocional puede manifestarse de diferentes formas y, en muchos casos, pasar desapercibida. Dos ejemplos frecuentes son el síndrome del impostor y la aboulomanía laboral. El primero se caracteriza por la sensación de no estar a la altura a pesar de los logros obtenidos, lo que suele derivar en ansiedad y autocrítica excesiva. El segundo se traduce en una indecisión persistente que lleva a posponer tareas o evitar compromisos por miedo a equivocarse.
Ambas situaciones reflejan un desequilibrio emocional que puede verse agravado cuando el entorno de trabajo carece del apoyo necesario. Fomentar espacios donde se valore el aprendizaje, la autonomía y la confianza en el equipo es esencial para evitar que la inseguridad limite el talento y la productividad.
5 señales que pueden indicar inseguridad emocional en el trabajo
Los expertos de Cigna Healthcare señalan cinco señales que pueden ayudar a identificar este tipo de situaciones antes de que afecten al bienestar y al rendimiento:
1. Autopercepción distorsionada del propio mérito.
Las personas tienden a minimizar sus logros o atribuirlos a factores externos, lo que afecta a la motivación y refuerza la inseguridad.
2. Bloqueo en la toma de decisiones.
La indecisión se convierte en un patrón constante, generando retrasos y dependencia de otros para avanzar.
3. Ansiedad ante nuevos retos o mayor visibilidad.
El miedo a fallar o no estar a la altura puede llevar a rechazar oportunidades profesionales.
4. Necesidad constante de aprobación externa.
Buscar validación de forma continua limita la autonomía y la confianza personal.
5. Evasión de responsabilidades.
Evitar tareas por miedo al error puede confundirse con falta de compromiso, cuando en realidad es una forma de autoprotección.