LA DEFICIENCIA DE VITAMINA D TAMBIÉN PUEDE PERSISTIR EN VERANO Y AFECTAR A LOS PROCESOS BIOLÓGICOS E INCLUSO AL ESTADO DE ÁNIMO

Aunque el verano es la época del año con mayor exposición solar, mantener niveles adecuados de vitamina D no siempre está garantizado. Esta vitamina es esencial para la salud ósea y muscular, el sistema inmunológico y varios procesos metabólicos, pero distintos factores pueden dificultar su síntesis, incluso en días soleados.
¿Por qué puede haber déficit de vitamina D en verano?
Durante los meses más cálidos del año, la exposición al sol aumenta de forma natural, lo que sugiere que los niveles de vitamina D deberían mantenerse en rangos óptimos. Sin embargo, diversos factores pueden interferir en este proceso. El uso constante de protección solar, imprescindible para prevenir el daño dérmico, reduce la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D. Asimismo, las personas con piel más oscura presentan menor capacidad de síntesis cutánea, debido a una mayor concentración de melanina.
Con el envejecimiento, la piel también pierde eficacia en la producción de esta vitamina. La obesidad constituye otro factor de riesgo, ya que la vitamina D, al ser liposoluble, queda almacenada en el tejido graso, disminuyendo su disponibilidad en sangre. Por otro lado, el consumo elevado de alcohol y ciertos tratamientos farmacológicos —como los antiepilépticos, inmunosupresores o glucocorticoides— pueden dificultar su absorción intestinal.
Según datos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), cerca del 40 % de la población en España presenta niveles insuficientes de vitamina D, una situación especialmente prevalente entre personas mayores.
¿Qué consecuencias tiene?
Una cantidad insuficiente de vitamina D puede alterar el equilibrio del calcio en el organismo, comprometiendo la salud ósea y favoreciendo la desmineralización. Esta situación puede derivar en patologías como la osteoporosis, además de incrementar el riesgo de fracturas. También se ha relacionado con trastornos musculares, disfunción inmunitaria, enfermedades cardiovasculares y, en algunos casos, alteraciones en el estado de ánimo o fatiga persistente.
5 consejos para mantener los niveles de vitamina D
Para ayudar a prevenir la deficiencia de vitamina D, los expertos de Cigna Healthcare recomiendan adoptar algunas prácticas que podrían contribuir a mantener niveles adecuados, incluso en verano:
1. El papel del sol en la prevención del déficit.
Priorizar horarios de menor intensidad solar, como antes de las 12:00 h o después de las 17:00 h, puede favorecer la síntesis de vitamina D sin incrementar el riesgo de daño cutáneo.
2. Impulsar la vitamina D desde la alimentación.
La dieta puede aportar una parte de los requerimientos diarios a través de alimentos como pescados grasos, como salmón o caballa, huevos, setas expuestas a rayos UV o productos lácteos enriquecidos.
3. Reducir el consumo de alcohol favorece la absorción de nutrientes.
Un consumo excesivo puede interferir en la absorción y metabolismo de la vitamina D, comprometiendo su eficacia funcional.
4. Suplementación con precaución y supervisión médica.
La suplementación debe estar indicada y supervisada por profesionales de la salud, ya que un exceso de vitamina D puede provocar efectos adversos, como hipercalcemia y depósitos en órganos.
5. La prevención es clave para todos, con o sin riesgos.
Personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas o en tratamiento farmacológico prolongado deben realizar controles periódicos para garantizar niveles adecuados y prevenir complicaciones.