LAS SOFT SKILLS QUE AYUDAN A CONSEGUIR EL BIENESTAR Y EL ÉXITO EN LA VUELTA AL TRABAJO

Septiembre marca mucho más que el regreso a la rutina laboral. Para muchas personas, supone una oportunidad para redefinir objetivos, revisar prioridades y retomar hábitos que favorezcan el equilibrio entre la vida personal y profesional.
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Septiembre marca mucho más que el regreso a la rutina laboral. Para muchas personas, supone una oportunidad para redefinir objetivos, revisar prioridades y retomar hábitos que favorezcan el equilibrio entre la vida personal y profesional. Este periodo de transición puede ser el momento perfecto para reforzar la salud emocional en el entorno la laboral, especialmente tras un verano que, aunque reparador, también puede generar cierto desajuste en la organización y la motivación.

Las soft skills ganan terreno en el entorno laboral

Habilidades como la regulación emocional, la comunicación asertiva, el pensamiento estratégico o la capacidad de adaptación, se han consolidado como un elemento esencial del desarrollo profesional. Ya no se consideran un complemento, sino una parte fundamental para afrontar con éxito los entornos laborales actuales, marcados por la tecnología, el cambio constante y las crecientes demandas cognitivas y emocionales. Además de mejorar el rendimiento, estas competencias permiten gestionar mejor el estrés, resolver conflictos, fomentar el trabajo en equipo y adaptarse con mayor facilidad a los retos del día a día

5 estrategias para integrarlas en la rutina laboral 

Los expertos de Cigna Healthcare proponen cinco estrategias para incorporar estas habilidades en el día a día:

1. La curiosidad activa como motor de aprendizaje continuo. 

Fomentar una actitud abierta a nuevas ideas, preguntar, explorar y aprender más allá del ámbito habitual contribuye a anticiparse a los cambios y a enriquecer la toma de decisiones. Esta mentalidad es especialmente útil en entornos dinámicos, donde la innovación y la adaptabilidad son indispensables.

2. Pensamiento sistémico para tomar mejores decisiones. 

Comprender cómo se interrelacionan los distintos elementos de un equipo o proyecto permite tomar decisiones más informadas. Esta perspectiva ayuda a detectar las causas reales de los problemas, prevenir errores y diseñar soluciones más sólidas y sostenibles.

3. Practicar el mindful multitasking para mejorar la productividad sin perder el foco. 

Frente a la multitarea tradicional, se propone una gestión del tiempo basada en la atención plena. Alternar tareas con conciencia, reducir interrupciones y planificar pausas estratégicas permite mantener el foco, evitar la fatiga mental y cuidar la salud cognitiva.

4. Flexibilidad cognitiva para adaptarse mejor.

Esta habilidad permite modificar patrones de pensamiento, ver los problemas desde diferentes ángulos y adaptarse a lo inesperado. Introducir pequeños cambios en la rutina o abordar los desafíos con distintas estrategias ayuda a entrenar esta capacidad de forma práctica.

5. Pedir ayuda también es una fortaleza. 

Saber identificar cuándo se necesita apoyo y expresarlo con claridad es una muestra de inteligencia emocional. Normalizar estas dinámicas en el entorno laboral fortalece la colaboración, reduce el agotamiento y crea una cultura más saludable y corresponsable.