UNA ALIMENTACIÓN ORIENTADA A LA RELAJACIÓN MEJORA LA CALIDAD DEL SUEÑO Y EL DESCANSO

15 de agosto, Día Mundial de la Relajación
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Foto de un reloj

El descanso depende de múltiples procesos fisiológicos, como el equilibrio hormonal y la actividad del sistema nervioso, que están estrechamente vinculados con la alimentación. A través de los nutrientes que aporta la dieta se producen y regulan neurotransmisores y hormonas esenciales para el ciclo de sueño y vigilia.

A pesar de ello, muchas personas tienen dificultades para dormir bien. Según el Cigna International Health Study, que más de la mitad de la población española experimenta interrupciones frecuentes durante el sueño, lo que puede derivar en trastornos como el insomnio crónico, que afecta aproximadamente a un 10 % de la población.

Las consecuencias de no dormir bien

Dormir mal de forma habitual no solo afecta el bienestar diario, generando cansancio, falta de concentración y alteraciones del estado de ánimo, sino que también incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Además, la falta de sueño favorece una mayor vulnerabilidad al estrés y a problemas emocionales como la ansiedad y la depresión, afectando así la salud mental y la calidad de vida en general. Estas consecuencias se deben a que el descanso está regulado por una compleja interacción entre neurotransmisores y hormonas, cuya producción depende en gran medida de los nutrientes obtenidos mediante la alimentación.

4 nutrientes que favorecen el sueño y la relajación

Para favorecer un sueño de calidad y estados de relajación, los expertos de Cigna Healthcare recomiendan incluir en la dieta nutrientes como:

1. Triptófano.

Es un aminoácido esencial que participa en la síntesis de serotonina, y esta, a su vez, se convierte en melatonina. El organismo no puede producirlo por sí mismo, por lo que debe obtenerse a través de alimentos como carnes magras (pavo, pollo), huevos, productos lácteos, plátanos y frutos secos.

2. Vitamina B6. 

Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y actúa como cofactor en la conversión del triptófano en serotonina. Está presente en legumbres, pescado, plátanos y patatas.

3. Magnesio. 

Ayuda a reducir la excitabilidad neuronal y a relajar la musculatura, lo que facilita la conciliación del sueño y mejora su calidad. Se encuentra en verduras de hoja verde, cereales integrales, semillas y frutos secos.

4. Ácidos grasos omega-3. 

Son esenciales para la salud cerebral y la comunicación entre neuronas. Se ha observado que su consumo puede reducir los niveles de ansiedad y contribuir a un mejor descanso. Abundan en pescados azules como el salmón, la caballa o las sardinas, y también en semillas de lino y nueces.