EL 64,1 % DE LOS EMPLEADOS ESPAÑOLES ADMITE QUE SUS HÁBITOS ALIMENTARIOS INFLUYEN DE MANERA DIRECTA EN LA CALIDAD DE SU DESCANSO
Según el estudio “Hábitos alimentarios en el entorno laboral”, elaborado por Cigna Healthcare España, un 64,1% de los trabajadores declara que sus hábitos alimenticios tienen un efecto directo en la calidad de su descanso y es que, tal y como revela el estudio, rutinas poco saludables influyen en la productividad y la concentración durante la jornada laboral. Se trata de un factor que impacta directamente en el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y el bienestar general.
Pese a que un 44,1% considera que una alimentación equilibrada mejora su descanso nocturno, persisten hábitos poco saludables que repercuten negativamente en la energía diaria y dificultan la conciliación del sueño. Los datos indican que cuando la dieta es deficiente, un 20% de los empleados reconoce un impacto negativo directo en su calidad de sueño.
El estudio también ha detectado que, por edad, el impacto de la mala alimentación sobre el descanso es más acusado entre los empleados de 25 a 34 años, lo que pone de relieve la importancia de promover hábitos saludables desde edades tempranas. En este intervalo hasta un 25,5% admite que cuando practica una mala alimentación, afecta negativamente a su descanso.
6 consejos para mejorar el descanso
Los expertos de Cigna Healthcare ofrecen 6 recomendaciones que pueden mejorar notablemente en la calidad del descanso:
1. Introduce nutrientes clave que puedan mejorar la calidad del descanso, como los ricos en triptófano.
Incluir en la cena alimentos ricos en triptófano y vitamina B6, como pueden ser el pavo, los huevos, los lácteos, el plátano o la avena, favorece la producción de serotonina y melatonina, hormonas esenciales para regular el ciclo del sueño.
2. Duerme regularmente 8 horas para mejorar tu salud metabólica y cardiovascular.
El sueño de calidad contribuye a la regulación hormonal del apetito y del metabolismo, evitando la ingesta excesiva de calorías y favoreciendo el control de peso. Además, puede mejorar la función cardiovascular, la sensibilidad a la insulina y la recuperación muscular.
3. Reduce el consumo de estimulantes en la segunda parte del día y potencia ejercicios de meditación.
Aunque el alcohol pueda inducir somnolencia en un primer momento, interrumpe el descanso durante la noche. Además, la práctica de ejercicios de relajación como la meditación o el yoga en un espacio confortable del hogar facilita la inducción del sueño.
4. Adapta los horarios de comida a los ritmos circadianos.
Cenar dos o tres horas antes de dormir, optando por platos ligeros y fáciles de digerir, facilita la conciliación y previene despertares nocturnos. Por el contrario, las cenas copiosas o muy grasas pueden alterar la calidad del sueño.
5. Mantén rutinas deportivas cotidianas.
Ayuda a regular el ritmo circadiano, reduce el estrés y la ansiedad al disminuir el cortisol y aumentar las endorfinas, lo que favorece un sueño más profundo y reparador y mejora el estado de ánimo.
6. Desconecta digitalmente.
La exposición a pantallas (móviles, tabletas, ordenadores o televisores) emite luz azul, que inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el descanso. Realizar una desconexión tecnológica, al menos una hora antes de meterse en la cama, favorece la relajación y reduce el estrés, lo que ayuda a conciliar antes el sueño.