LA FALTA DE APOYO TRAS SUPERAR UN CÁNCER DE MAMA DIFICULTA GESTIONAR LAS SECUELAS FÍSICAS Y PSICOLÓGICAS

Tras superar un cáncer de mama, comienza un proceso difícil que viene acompañado de importantes secuelas físicas y psicológicas. Leer más :
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Cáncer de mama

Cuando acaba el tratamiento de cáncer de mama y se consigue superar, es normal pensar que la mayoría de las mujeres se sientan aliviadas, y aunque sea así, también puede ser un momento de incertidumbre y preocupación ya que, tras superar un cáncer de mama, comienza un proceso difícil que viene acompañado de importantes secuelas físicas y psicológicas. La falta de confianza, los dolores físicos, la ansiedad y depresión, el miedo a la recaída, o los cambios en las relaciones personales, y la fatiga constante durante años o la menopausia son algunas de las consecuencias a las que se enfrentan las supervivientes a esta durísima enfermedad. Te contamos todos los detalles a continuación.

 

El apoyo tras la enfermedad, esencial para evitar secuelas

 

A lo largo de este año, se estima que se diagnosticarán más de 35.000 casos nuevos de cáncer de mama, tal y como indica la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), situándose como el segundo cáncer más frecuente en la población general y el primero más frecuente entre mujeres. Sin embargo, en las últimas décadas, la supervivencia a este tumor ha aumentado considerablemente y, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), el objetivo es que para 2030 el 70% de los pacientes supere este cáncer. Y, aunque parece que cada vez más estamos concienciados sobre la prevención y el diagnóstico temprano de este tumor y que, cada vez, hay más recursos para sobrellevar el cáncer de la mejor manera posible, todavía queda mucho que recorrer en el apoyo de las pacientes una vez lo superan. 

 

4 claves para lograr superar las secuelas

 

Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mamadesde Cigna Healthcare recalcamos la importancia de seguir apoyando a las supervivientes del cáncer de mama y destacamos los recursos que pueden emplearse durante esta nueva etapa:

  1. Formar parte de un entorno donde compartir los miedos. Desde el primer día, el diagnóstico del cáncer de mama viene acompañado múltiples preocupaciones y, en la mayoría de los casos, estas secuelas emocionales permanecen incluso una vez superado el cáncer. Por si no fuera poco, esta enfermedad puede afectar las relaciones personales, ya sea debido a la carga emocional que conlleva o a cambios en la dinámica familiar. Esta situación puede generar ansiedad y requerir apoyo emocional continuo. Para ello, es clave que las pacientes nos puedan compartir los miedos e inseguridades, ya sea con familiares y amigos y no minimizar el dolor tanto emocional como físico estén experimentando. En este sentido, formar parte de una comunidad de otras supervivientes brinda la oportunidad de compartir experiencias, consejos y apoyo mutuo y reducir, de este modo, el aislamiento y la sensación de soledad.                
  2. Buscar y mantener el apoyo psicológico. El diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama pueden tener un impacto duradero en la salud mental, generando estrés, ansiedad o depresión. El miedo a una recaída o desarrollar una metástasis es una preocupación común entre las supervivientes de cáncer de mama. Así, la vuelta a la “normalidad” supone un reto para muchas pacientes y, de hecho, 1 de cada 4 mujeres desarrollan síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT) después de enfrentarse a un cáncer de mama, especialmente si han experimentado eventos traumáticos durante su tratamiento, así como indica el American Cancer Society.  Además, la pérdida de una o dos mamas y las cicatrices de la operación o los cambios en la apariencia corporal pueden afectar la percepción de uno mismo y la autoestima. Es fundamental contar con un especialista en psicología que ayude abordar estos problemas y evitar que afecten a la salud mental.
  3. Realizar deporte, clave en la rehabilitación física. Una vez superado el cáncer de mama, hay secuelas físicas que permanecen y necesitan de un tratamiento especial para poder superarlas. La fatiga es una secuela muy común que puede durar meses e incluso años y puede afectar a nuestra capacidad para llevar a cabo actividades diarias. Además, algunos tratamientos para el cáncer de mama, como la quimioterapia y la terapia hormonal, pueden inducir la menopausia en mujeres más jóvenes, lo que conlleva síntomas como sofocos, cambios en el estado de ánimo y sequedad vaginal. Por otro lado, es común que, la extirpación de ganglios linfáticos cercanos a la mama, pueda provocar linfedema, una acumulación de líquido en el brazo o la mano del lado afectado que causa hinchazón, dolor y limitación en el movimiento del brazo. En este sentido, el ejercicio desempeña un papel crucial en la rehabilitación física de las pacientes que han superado un cáncer de mama y puede contribuir significativamente a su recuperación y calidad de vida. No nos olvidemos de adaptar el tipo y la intensidad de ejercicio a las necesidades y limitaciones de cada persona.  
  4. Recupera la parte de ocio paulatinamente. Recuperar la parte de ocio después de superar un cáncer de mama lleva tiempo y esfuerzo y, aunque es un proceso individual, es esencial para mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional. Para ello, las pacientes deben establecer metas alcanzables con relación a las actividades de ocio, sin exigirse demasiado y celebrando los pasos que se den por pequeños que sean. Además de intentar recuperar actividades que antes del cáncer se realizaban y se disfrutaban, también pueden considerar probar actividades nuevas que despierten el interés. Es importante tener en cuenta que en este punto es fundamental priorizar el autocuidado y dedicar tiempo para relajarse, cuidar el cuerpo y mente, y recargar energías. En este sentido, el apoyo de profesionales de la salud es clave para proporcionar información y recursos a las supervivientes de cáncer de mama que les permitan tomar decisiones informadas sobre su atención médica y su estilo de vida, lo que las empodera en su proceso de recuperación.