El riesgo de contagio obliga a cumplir una serie de recomendaciones preventivas relacionadas con una mayor higiene o un menor contacto con superficies, objetos o personas.
Evitar comer frente al ordenador, cocinar con antelación, planificar los menús semanales o apostar por aperitivos saludables, algunas de las recomendaciones.
La sobrecarga mental provocada por la tensión experimentada todos estos meses ponen de manifiesto la importancia de cuidar, ahora más que nunca, la salud cerebral.
Para poder desconectar durante las vacaciones es importante identificar y corregir aquellas situaciones que pueden llegar a generar una sensación de intranquilidad.
Al periodo de adaptación que requiere retomar las obligaciones profesionales tras las vacaciones, se suma el impacto emocional de la situación excepcional.